Días atrás se conoció un cruce en redes sociales entre la concejal del PRO de Comodoro Rivadavia, Ana Clara Romero, y el Ministro de Salud Provincial, Fabián Puratich, respecto al robo de 30 dosis de vacunas Sputnik V del Hospital Regional de la ciudad petrolera.

Romero manifestaba que pese a la información que brindó de manera oficial la cartera de salud provincial sobre los hechos, que ya cursan en la justicia, se debían dar “más respuestas”, algo que además, puede resultar contraproducente entorpeciendo los procesos de una investigación judicial.

Llama la atención, que la concejal conocida por su peligrosa postura “anti cuarentena”, que convocó a distintas marchas incluso en los momentos más álgidos de la pandemia, esté ahora preocupada por la situación sanitaria de la provincia.


 

Transcurridos casi once meses desde el inicio de la pandemia, ahora Ana Clara Romero hace campaña política promocionando en redes sociales su intervención sobre un tema tan sensible como la salud de los chubutenses. 

 

 

Promoción para la que además, utiliza el dinero público de los contribuyentes de la ciudad de Comodoro Rivadavia, quienes le pagan el sueldo, aprovechando para posicionar su imagen individual frente a un problema colectivo.

¿Acaso mejor no debería explicar la concejal por qué expuso la salud de toda la sociedad en distintos momentos en plena pandemia con sus convocatorias?

Vale recordar, que el trabajo de un concejal le cuesta a los comodorenses alrededor de $300.000 mil pesos por mes, y que les pagan para pensar proyectos para la ciudad, no para pagar publicidades en redes sociales haciendo propaganda política con la salud de los chubutenses.