Veinticinco congresales abandonaron la sede del partido en protesta por acuerdos incumplidos y falta de conducción. La elección de Armando Moyano como presidente del Congreso Justicialista en Rawson desató una ola de reproches y tensiones hacia el titular del partido, Gustavo Fita.

La sede del Partido Justicialista en Rawson se convirtió en escenario de una jornada turbulenta, con insultos y acusaciones que marcaron la elección de Armando Moyano como presidente del Congreso partidario. El encuentro, pensado para exhibir unidad, derivó en un tenso cruce de reproches entre referentes y sectores internos.

El principal blanco de las críticas fue el presidente del PJ, Gustavo Fita, acusado de incumplir acuerdos previos para la conformación de la conducción. La falta de representatividad y el escaso poder de convocatoria del dirigente se evidenciaron en un ambiente plagado de denuncias, gritos y amenazas veladas.

La crisis escaló al punto de que 25 congresales decidieron abandonar el recinto, argumentando ausencia de quórum y, sobre todo, la ausencia de un acuerdo global que reflejara la diversidad territorial de la provincia. El quiebre dejó en entredicho la capacidad del partido para articular una línea común.

A pesar del caos, la conducción quedó conformada por Moyano como presidente, secundado por Miguel Villagrán, Sandra Tribuzio y otros dirigentes. En medio del bochorno, referentes históricos como Blas Meza Evans, Norberto Yauhar y Carlos Linares intentaron contener la situación, dejando en el aire un llamado urgente a la autocrítica y la unidad interna.